Clarión de un mudejarico

¿Por qué Mudejarico?
Según reza en el diccionario de la RAE:

mudéjar.
(Del ár. hisp. mudággan, y este del ár. clás. mudaggan, domado).
1. adj. Se dice del musulmán a quien se permitía seguir viviendo entre los vencedores cristianos sin mudar de religión, a cambio de un tributo. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a los mudéjares.
3. adj. Se dice del estilo arquitectónico que floreció en España desde el siglo XIII hasta el XVI, caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano y el empleo de la ornamentación árabe.

Pues eso...

Y porque uno es de Teruel, tierra del mudéjar, y porque desde pequeñito ha convivido con el mudéjar en el pueblo, y después en Zaragoza (¡qué decir de La Magdalena y de San Pablo!)
Y porque uno es un poco como aquellos mudéjares que han vivido en lugares diferentes (Zaragoza, Salamanca, Madrid y ahora Catalunña) con culturas diferentes y siempre ha sido bien acogido sin tener que renunciar a la cultura propia y porque de todos esos sitios me he llevado algo rico y valioso: parte de su cultura, la amistad de sus gentes, recuerdos imborrables...
Y porque ese arte denominado mudéjar tiene algo de mágico, enigmático, sóbrio y sofisticado a la vez, rural y global...
Así que, qué menos que recordar los orígenes de uno dedicando este recuerdo entrañable a su cuna.
¿Y lo del clarión?
Clarión es como se le llama en mi tierra a la tiza con la que se escribe en la pizarra y por lo tanto una hermmienta fundamental de todo maestro que se precie. Aunque ahora está en boga lo de las "digitales" el encanto del clarión arañando la pizarra y dejando su estela blanca y polvorienta acompañada de un quejido, a veces desgarrador, siempre permanecerá imborrable en nuestro recuerdo de maestros.
Y tú, ¿eres un mudejarico?